martes, 25 de febrero de 2014

Tu voz




Aferrada a tu voz
como a la cola de un cometa
soy estrella fugaz, soy fuego fatuo
perseida refulgente, feroz, enardecida,
luciérnaga extraviada que equivocó el camino
y se sumó a una comitiva de luceros.
Soy caravana de astros desplazada,
soy la semilla adormecida que despierta en el desierto,
soy la voz de las dunas.
Soy tímido fulgor de estrella,
polvo de faro anochecido,
estela que arrastra a las oscuras naves
hacia un canal de luz estremecido.
Soy torrente y soy gota,
soy calma y soy vorágine,
soy silencio y soy grito,
soy violencia y quietud,
soy golpe presentido.
Me dejo llevar hasta el comienzo
de un poema enorme, ilimitado,
al comienzo de todos los poemas.
Ahora renazco,
soy verbo renovado,
verso al que le han nacido estrellas.


Del poemario El espejo de las horas

jueves, 13 de febrero de 2014

Cristales en la boca

Cristales en la boca

Se nos tiñó a las mujeres el alma de morado
y en una marea arrolladora salimos a la calle
a lanzar los cristales hirientes y afilados de una rabia
que se nos hace añicos en la boca antes de gritarla.
También arrojaremos las verdades
que se nos vuelven piedras en las manos
a quienes nos acusan
de aborrecibles pecados contra su moral.
--moral de beata y de misal
de confesionario untuoso y rancio--.
Nos incendia la garganta
un fuego crepitante de dolor y furia
al ver  la hipocresía
de quienes defienden la vida no nacida
y cierran los ojos y las manos
a los brazos tendidos de los vivos
condenados por ellos a morir de hambre y de frío.
Esos monstruos inclementes,
que se anden con cuidado
porque ni su dios omnipotente ni nosotras
caeremos en la tentación
de perdonar sus ofensas.
Porque el fuego encendido por su odio
ya los ha puesto en el camino de ese infierno
en el que arderán sin remedio
por los siglos de los siglos.

Librémonos del mal.

Amén.