jueves, 13 de febrero de 2014

Cristales en la boca

Cristales en la boca

Se nos tiñó a las mujeres el alma de morado
y en una marea arrolladora salimos a la calle
a lanzar los cristales hirientes y afilados de una rabia
que se nos hace añicos en la boca antes de gritarla.
También arrojaremos las verdades
que se nos vuelven piedras en las manos
a quienes nos acusan
de aborrecibles pecados contra su moral.
--moral de beata y de misal
de confesionario untuoso y rancio--.
Nos incendia la garganta
un fuego crepitante de dolor y furia
al ver  la hipocresía
de quienes defienden la vida no nacida
y cierran los ojos y las manos
a los brazos tendidos de los vivos
condenados por ellos a morir de hambre y de frío.
Esos monstruos inclementes,
que se anden con cuidado
porque ni su dios omnipotente ni nosotras
caeremos en la tentación
de perdonar sus ofensas.
Porque el fuego encendido por su odio
ya los ha puesto en el camino de ese infierno
en el que arderán sin remedio
por los siglos de los siglos.

Librémonos del mal.

Amén.




5 comentarios:

  1. Querida y admirada Emma: veo la vida como encadenada de madres a hijos, como la sucesión de los eslabones de una cadena. El eslabón que antecede (la madre) no es libre de soltar de la mano al siguiente y así se nos ha dado la vida. No sé en qué estoy equivocado, pero creo que el no nacido tiene derecho a "su vida" y la madre lo tiene a la asistencia para que dar la vida no sea su propia muerte. Estamos ante la paradoja de que quienes defienden la vida desde el momento mismo de la concepción, eliminan las ayudas para que esas vidas sean posibles. Algo no funciona: si la vida incipiente no se interrumpe acabará por ser persona; si el primero en quitarse de en medio el aquel que lo ha concebido y la sociedad no responde al callejón sin salida en el que se encuentra la persona preñada, ¿de qué estamos hablando? Hablemos de sexo responsable, de educación, de medios de evitarlo; pero también de ayuda para no descuartizar a la criatura que se forma.
    No pretendo imponer mi criterio, pero he sentido la necesidad de exponerlo. Respeto a todos los sentires y arropo en lugar de abandono.
    Un abrazo.

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  2. Querido amigo: tú tienes tu opinión y yo la respeto. De lo que se trata aquí es de no imponerle a nadie la moral de otro. La Ley del Aborto es un derecho concedido a las mujeres y reconocido en la mayor parte de los países civilizados que no obliga a ninguna mujer a abortar, simplemente le permite hacerlo en determinadas circunstancias. Lo que se critica aquí es la hipocresía de unos gobernantes que por un lado están retirando ayudas a la dependencia, están recortando becas en los colegios y guarderías y están obstaculizando el que las mujeres que quieren ser madres puedan serlo por la retirada de estas ayudas y por los problemas que un embarazo representa en la vida laboral y por otra parte están defendiendo una vida que en muchos casos no es viable. Dejemos que las mujeres decidan, en uno u otro sentido. Un abrazo.

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    1. No estoy en desacuerdo con la crítica que haces, pero tampoco podía apoyar en parte lo que me dicta mi conciencia que es sólo mía. Los gobiernos, cuanto menos leyes pongan, mejor; sólo las sucintas. Y a esa hipocresía es también a la que me he referido.

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    2. Creo que en el fondo estamos de acuerdo en que cada uno debe actuar según su conciencia, y coincidimos en que no hay peor pecado que el de la hipocresía, porque todos sabemos, además, que éstos que quieren imponernos su "moral", son los primeros en llevar a sus hijas a abortar a donde sea por salvar las apariencias.

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  3. No quiero entrar en discusiones, solo decir que la mujer debe tener derecho a decidir.

    El poeta es testigo de su tiempo este poema es una clara muestra de eso.
    Emma un poema claro, conciso, contundente, en definitiva excelente.
    Un abrazo .

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